martes, 2 de septiembre de 2014

Unos tipos en la noche...

Noche del lunes 1° de julio de 1968... 
(Gobierno de Juan Carlos Onganía)


Un minuto después apareció el Valiant III. Paró justo detrás de la camioneta del ejército. Los dos tipos se bajaron. Cánovas se encaminó hacia ellos. Los tipos “chapearon”. Cánovas hizo la venia y hablaron un par de minutos que parecieron eternidades. Alejandra los observaba. Eran desconocidos entre ellos, pero “algo” parecía unirlos. Como un espíritu de cuerpo ininteligible para una civil como ella. “Pero qué manga de hijos de puta” – pensó Alejandra y sonrió. “¿De qué te reís pendeja de mierda? Ya vamos a hablar con vos…” – dijo uno de los del auto negro. 

El que dijo aquello, se aproximó a Alejandra, quien continuaba inmovilizada por los dos subordinados de Cánovas. Sorpresivamente le propinó un fuerte golpe en la boca del estómago. Alejandra cayó al suelo, casi sin sentido por el dolor y por no poder respirar varios segundos. “Maricón de mierda, le pegás a una mujer indefensa” – alcanzó a decirle a su agresor, luego de recobrar su aliento al cabo de menos de un minuto. El tipo miró a Cánovas y dijo, “pero mírela a esta gallinita, todavía quiere cantar la muy turra”. Acto seguido le aplicó una patada a la cara que la arrojó contra la pared. La mugre de la suela del zapato del tipo quedó estampada en una de las mejillas de Alejandra. 

- Señor, no apruebo esto – dijo Cánovas. 

- No importa lo que apruebes o no apruebes milico. Acá mandamos nosotros. Y ahora tomás a esos dos payasos que tenés bajo tu comando y te rajás. ¿Comprendido? 

- Comprendido mi teniente coronel… - respondió Cánovas en alusión a la “chapa” que se le había exhibido minutos antes.
  
"Alejandra en primavera"
Primera Parte. Capítulo 6 "La llamada"
© 2014 Jorge Vai 
ISBN 978-987-33-5862-3

sábado, 30 de agosto de 2014

Alejandra en primavera



En la noche del 20 de agosto de 1968 y hacia la madrugada del 21, medio millón de soldados y cerca de tres mil tanques de cinco países del Pacto de Varsovia, la Unión Soviética, Bulgaria, Polonia, Alemania Democrática y Hungría, atravesaron las fronteras de un pequeño e indefenso país, llamado Checoslovaquia. El objetivo de la invasión era concluir con la serie de reformas iniciadas en ese país, conocidas como la “Primavera de Praga”,

En 1968, en Argentina, regía los destinos del país, un general con claras tendencias fascistas, Juan Carlos Onganía. Ejercía la presidencia desde 1966, cuando se levantó contra el endeble gobierno constitucional de Arturo Umberto Illia. Era apodado, “La Morsa”, por sus prominentes bigotes. Fue en este escenario nacional e internacional, que vivió sus jóvenes años, la protagonista de esta historia, Alejandra Marianela García, quien si bien, no tenía un decisivo partidismo hacia la izquierda o hacia la derecha, se vio envuelta en una maraña de sucesos que hicieron que su destino diera un vuelco definitivo e irreversible en ese año conflictivo de 1968. 

Alejandra es el personaje principal de este relato. Al menos, “en apariencia”. Porque Alejandra de pronto “desaparecerá” y no dejará rastros visibles. Será quizás en ese momento, en que Alejandra ya no será más Alejandra, una ficción literaria, sino, el símbolo de aquello que es en sí, un crimen de lesa humanidad. Alejandra es esa metáfora que la supera a ella misma. Es un canto a la esperanza de encontrar y ser encontrado. De buscar y ser hallado. Es esa metáfora de identidades perdidas o arrebatadas, que pugnan por ser restituidas. 

Pero en definitiva, ¿qué es una identidad? Prima facie, puede ser un nombre y apellido. ¿Y un nombre y apellido qué puntualizan? A una persona. Lo que hace que esa persona sea esa persona y no otra. Las dictaduras y sistemas autoritarios y brutales, siempre han empleado la agresión directa a los cuerpos y la conversión de nombres a números asentados en libros y estadísticas burocráticas. Pero esas dictaduras, no siempre han llegado a cumplir su cometido. Han doblegado cuerpos, es verdad, pues el cuerpo humano es frágil, pero no siempre han doblegado almas. Es aquí en donde Alejandra es más que Alejandra. Irá más allá de su cuerpo, para recuperar su alma. 

Alejandra Marianela García… ésta es su historia. 

Ya disponible en www.amazon.com (versión Kindle). También se puede leer en otros formatos en tabletas, pc y notebooks, descargando las aplicaciones gratuitas de Amazon

martes, 13 de mayo de 2014

Besos falsos


"Como una lluvia con indecisión. Como un beso esquivo, que de tan esquivo termina impactando en una mejilla. Y la mejilla no estaba preparada para ese beso, sino para servir de marco perfecto a una situación dada, no ya de antemano, ni pensada, ni premeditada. Y entonces, ese beso fue peor aún de lo que en realidad fue. Un beso de mierda, con sabor a agua con edulcorante, cero por ciento calorías, un beso que no engorda... No engorda el alma, no alarga la vida, la acorta, la cercena..."

"Nuevos caminos de Noelia" 2013
®



jueves, 24 de abril de 2014

De noche...


"Porque de noche todo se desata. No sólo los nudos... Lo que más queremos ocultar, sale a la luz mortecina, que alumbra en un apenas de penas y recuerdos poco cuerdos..."
Georg W. Krumm, Leipzig,
República Democrática de Alemania,
viernes 14 de marzo de 1958.-