martes, 23 de octubre de 2018
Tarde ya...
Como una desolación sin fin,
ni principio.
Interminable desolación,
que de tan cruel, en su crueldad
se ha sentado, como
un trono de grises segundos,
de eternidades y de grises.
Segundos devenidos en minutos,
minutos devenidos en horas,
horas devenidas en días,
días devenidos en años…
Y al final, sólo desolación.
De tu ausencia, tanta
ausencia, tantos momentos
anhelados.
Recuerdos no recordados.
nunca vividos.
Tarde ya, en tu ausencia,
Tanta ausencia.
Para Dora…
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