miércoles, 29 de mayo de 2013

Atardecer


El día se va solo. No hay razón alguna para que se fuera con alguien. Y la noche lo reemplaza, como quien reemplaza a otro en la guardia. Quizás sólo se trate de eso. Una sucesión de guardias. Y las emergencias quizás seamos nosotros, que deambulamos de guardia en guardia. 


El piano me marca que esta guardia llega a su fin. Y da comienzo otra. Y así hasta que el día reaparezca con un par de cafés a despertar a la noche, que se quedó dormida recordando cuando no había días, ni había noches. Y la noche sonríe. Aunque apenas. Bebe sorbos de delicioso café, mientras mira la copa de los árboles rebosantes de hojas amarillas, obstinadas por caer. Enrosca la bufanda al cuello y se va. Otro día comienza...

Jorge A. Vai
Reg. Dir. Nac. Derecho de Autor
de la República Argentina 2013

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