Tus motivos, no
son los míos...
Tu percepción es
la miopía de un miope.
El vacío de
un indigente
pródigo de
alguna riqueza
pretérita,
tan presente y
tan muerta...
Tus razones,
no son las mías.
Muros de papel,
de barro,
de nada de
toda nada,
sólo muros,
imaginados, en
tu imaginario,
imaginando fantasmas,
imaginando bestiarios...
Sí...
Me has
abandonado...
Y el carrusel
sigue su giro...
Nada lo detuvo,
nada lo detendrá,
hasta el último
segundo del
fin de los segundos...
de la República Argentina 2011.
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